martes, 4 de diciembre de 2007

GEORGE GADAMER

La mejor condición para describir la vida centenaria de Hans-Georg Gadamer es la distancia de la mirada de un experto canadiense, íntimamente familiarizado con la cultura y la lengua alemanas y excelente conocedor de la filosofía contemporánea. Jean Grondin logra combinar las características generales y los detalles más íntimos en un fiel y acertado retrato del «Néstor» de la filosofía alemana, quien el 11 de febrero del año 2000 cumplió 100 años.
La presente biografía tiene el mérito de narrar este camino centenario sin olvidar detalles significativos y, al mismo tiempo, sin perderse en detalles. Jean Grondin consigue reconstruir al filo de esta vida una parte importante de la historia de la filosofía alemana, mostrando sus momentos luminosos y oscuros, bajo la República de Weimar, el régimen nazi, el primer gobierno socialista en la República Democrática Alemana. Las investigaciones en archivos, las numerosas entrevistas a Gadamer en distintos contextos, su correspondencia y los propios apuntes autobiográficos de Gadamer son algunas de las fuentes a partir de las cuales Grondin ha logrado reunir muchos aspectos desconocidos en esta presentación de Hans-Georg Gadamer, que es no sólo la más completa que existe hasta ahora, sino también la más imparcial. Como profundo conocedor de la hermenéutica, Grondin no sólo sabe dar cuenta de la principal aportación filosófica de Gadamer. También consigue mostrar, sin indiscreción, los «secretos» humanos y en parte trágicos que contribuyeron, sin embargo, a forjar este pensamiento.
HANS-GEORG GADAMER, es uno de los filósofos más destacados de nuestro tiempo. Nacido en 1900, vivió con plena conciencia todos los horrores de las dos guerras mundiales, el derrumbe definitivo del imperio alemán, el fracaso de la República de Weimar, la locura del régimen nacionalsocialista, la instauración del socialismo en la Alemania oriental, la lenta, pero tenaz reconstrucción de la cultura alemana a partir de los años cincuenta y, finalmente, la desaparición de los grandes bloques políticos.
Gadamer comenzó su camino filosófico en el ambiente neokantiano de las universidades de la ciudad de sus ancestros, Breslau, y en Marburg, donde nació. Se relacionó con el movimiento modernista del círculo en torno a Stefan George. Fue uno de los primeros discípulos de Heidegger. Eminente lector e intérprete de la filosofía clásica, creador de importantes iniciativas en la vida filosófica, como el Congreso Hegel, Gadamer presentó en 1960 su obra Verdad y método, iniciando con ella su propio camino que lo llevaría a ser el filósofo más representativo del siglo XX.
JEAN GRONDIN, nacido en 1955, estudió en las Universidades de Montréal, Heidelberg y Tubinga. Entre 1983 y 1990 enseñó en la Universidad Laval (quebec). Desde 1990 es profesor de filosofía en la Universidad de Ottawa. Fue becario del Conseil de recherches en sciences humaines du Canada y de la fundación Alexander von Humboldt. Entre sus libros cabe destacar: Hermeneutische Wahrheit? Zum Wahrheitsbegriff Hans-Georg Gadamers (1982), Le tournent dans la pensée de Martin Heidegger (1987), Kant et le problème de la philosophie: l'a priori (1989) e Introducción a la hermenéutica filosófica (Herder, Barcelona, 1999).
De interés tanto para estudiosos de la Filosofía, como Historiadores. Y por tratarse de una biografía autorizada de una vida centenaria, para el público que se siente atraído por aquellos pensadores que han marcado el desarrollo de las ideas.
GADAMER
Filósofo alemán, nacido en Marburg an der Lahn (en el actual estado federado de Hesse, Alemania) el 11 de febrero de 1900, y fallecido en Heidelberg (Baden-Württemberg, Alemania) el 13 de marzo de 2002. Está considerado como el fundador de la ontología hermenéutica.

Vida y obra

Nacido en el seno de una familia acomodada, formada por el científico Johannes Gadamer (1867-1928) y su esposa Emma Carolina Johanna Gewise (1869-1904), pasó sus primeros años de existencia en Breslau (la actual ciudad polaca de Wroclaw), donde su progenitor ejercía la docencia universitaria en calidad de catedrático de Química farmacéutica.

Huérfano de madre desde los cuatro años de edad, creció a la sombra del ejemplo intelectual de su padre, aunque, al contrario que éste, pronto dio muestras de inclinarse más hacia las Humanidades que a las Ciencias. Tras recibir su formación elemental en la Escuela del Espíritu Santo de Breslau, se disponía a iniciar sus estudios secundarios cuando, con tan sólo catorce años de edad, fue movilizado con motivo del estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1919). Pero su intervención en la lucha armada no llegó a ser decisiva, por lo que pudo regresar a Breslau y realizar allí el Bachillerato.
En 1918, concluida esta etapa de formación secundaria, el joven Hans Georg se matriculó en la Universidad de Breslau para cursar la carrera de Cultura Germana. Al año siguiente, se trasladó a Marburgo en compañía de su familia, y prosiguió sus estudios superiores en la universidad de dicha ciudad, donde tuvo la fortuna de contar con algunos maestros tan brillantes como Paul Natorp (1854-1924) y Nicolai Hartmann (1882-1950), que despertaron su interés por la Filosofía. Además, fue discípulo de Richard Hönigswald (quien le inició en el neokantismo), de E. R. Curtius (responsable de la buena formación romanística de Gadamer) y de R. Hamann (que le instruyó en Historia del Arte).

Al cabo de tres años, coincidiendo con el nombramiento de su progenitor como rector de la Universidad de Marburgo, Hans Georg Gadamer obtuvo en dicho centro de estudios superiores el grado de doctor en Filosofía, con una tesis doctoral sobre Platón (427-347 a.C.), dirigida por el susodicho Paul Natorp.

Plenamente volcado, por aquellos primeros años de la década de los veinte, a los saberes filosóficos, Gadamer tuvo sus primeros contactos con Martin Heidegger (1889-1976) en 1923, cuando fue alumno, en la Universidad de Friburgo, de un seminario impartido por el brillante pensador de Messkirch sobre el Libro VI de la Ética a Nicómaco, de Aristóteles (ca 384-322 a.C.). En dicho centro asistió también a las clases de otro pensador alemán que habría de influir decisivamente en su obra, Edmund Husserl (1859-1938).

En el otoño de aquel mismo año de 1923, invitado por Heidegger, Hans Georg Gadamer se incorporó, en calidad de profesor extraordinario, a la plantilla docente de la Universidad de Marburgo. Allí compaginó su dedicación a la enseñanza con su profundización en el estudio de la Filología clásica, disciplina en la que se licenció, en 1927, bajo la tutela de Paul Friedländer, que a la sazón estaba enfrascado en su monumental trabajo de investigación sobre Platón.

Heidegger, que ya incluía a Gadamer entre sus discípulos predilectos, le convirtió en su ayudante de cátedra en 1929. A la sombra de este destacadísimo maestro, Gadamer empezó a pergeñar su propia obra filosófica, iniciada con la monografía Platos dialektische Ethik (Ética dialéctica de Platón), que vio la luz en Leipzig en 1931. Dos años después, a raíz del nombramiento de Heidegger como rector de la Universidad de Friburgo, Gadamer se convirtió en Profesor Titular de Filosofía en las aulas de Marburgo.

Continuó, a partir de entonces, desempeñando una infatigable labor docente que, en 1938, le llevó hasta la Universidad de Leipzig, donde ocupó la cátedra de Filosofía que había dejado vacante Huelen.
Poco después, ya consagrado como una de las figuras más brillantes del pensamiento contemporáneo, comenzó a visitar los principales foros académicos e intelectuales de todo el mundo; y así, en 1944, con motivo de unas conferencias que, por invitación del Instituto Alemán, dictó en Lisboa, Coimbra y Oporto, tuvo oportunidad de conocer a una de las figuras señeras de la Filosofía en la Península Ibérica: José Ortega y Gasset (1883-1955), a la sazón exiliado en Portugal.

Su prestigio intelectual crecía de tal modo que, en 1946, fue nombrado rector de la Universidad de Leipzig. Pero sólo se mantuvo en este cargo durante un breve período de tiempo, pues, en 1947, impulsado por su constante deseo de ampliar horizontes vitales, se trasladó a la Universidad de Frankfurt, en la que impartió clases durante dos años.

En 1949, Hans Georg Gadamer fue llamado por la Universidad de Heidelberg para que ocupara la cátedra que había dejado vacante Karl Jaspers (1883-1969) tras su traslado a Basilea. Allí habría de permanecer hasta mucho tiempo después de su jubilación oficial, desplegando una intensa, fecunda y enriquecedora labor docente que dejó una huella notabilísima en numerosos discípulos (en este aspecto, el trabajo académica de Gadamer ha sido comparado en muchas ocasiones con el magisterio de los grandes filósofos de la Antigüedad, y se ha llegado a afirmar que creó, a mediados del siglo XX y en plena Alemania, una escuela de rasgos muy parecidos a la academia fundada en su día por Platón).

Miembro de las principales sociedades e instituciones culturales de su país, como la Academia de las Ciencias de Heidelberg, a la que se incorporó en 1951), Gadamer continuó visitando otros lugares del extranjero para impartir cursos y conferencias. En 1958 acudió a la Universidad de Lovaina para dar unas lecciones que fueron recogidas en el libro titulado El problema de la conciencia histórica (publicado originalmente en francés), que precedió a la que habría de ser reconocida en todo el mundo como su obra maestra: Verdad y Método. Fundamentos de una hermenéutica filosófica (1960).

Ya sexagenario, Gadamer continuó dando clases, dictando cursos y conferencias, y escribiendo numerosos libros y artículos. En 1967 dio a la imprenta, en dos volúmenes, una recopilación de sus trabajos más relevantes, publicados bajo el Kleine Schriften (I y II). Y al años siguiente, al verse obligado, por imperativo legal, a jubilarse como profesor, se volcó en su faceta de conferenciante, que le llevó sobre todo a las aulas universitarias de América. Consiguió, empero, seguir vinculado a la Universidad de Heidelberg en calidad de profesor emérito, sin dejar por ello de incrementar su producción impresa, a la que añadió, por aquel tiempo, el libro Hermeneutik und Dialektik (Hermenéutica y dialéctica, 1970).

Al año siguiente, sorprendió por su madurez creativa al publicar cinco estudios sobre Hegel (1770-1831), recogidos en el libro La dialéctica de Hegel (1971), con el que obtuvo el prestigioso premio "Reuchlin" de la ciudad de Pforzheim. Y cuatro años después, coincidiendo con la muerte de su maestro Heidegger, dio a la imprenta La razón en la época de la ciencia (1976), una rica colección de estudios sobre la praxis y la Filosofía.

En este último período de su longeva existencia, Gadamer incrementó, si cabe, su actividad literaria y filosófica, que dio por fruto otras muchas publicaciones de madurez, como La actualidad de lo bello (1977) -brillante recopilación de estudios suyos sobre estética-, Mis años de aprendizaje (1977) -espléndida obra autobiográfica, en la que el pensador alemán recrea sus experiencias como alumno y profesor-, La idea del bien en Platón y Aristóteles (1978), Los caminos de Heidegger (1983), Elogio de la teoría (1983), Verdad y método II (1986) -obra que matiza y aclara diversas ideas de Gadamer vertidas en la obra homónima que había publicado en 1960-, y, entre otros títulos menores, La herencia de Europa -colección de sugerentes artículos sobre las más diversas parcelas del saber (arte, ciencia, literatura, historia, etc.
y sobre otros muchos aspectos de la existencia humana (como el problema de la libertad)-. Además, entre este aluvión de obras postreras vieron la luz, desde 1986 hasta 1995, los diez volúmenes en los que el propio Gadamer recopiló los que, según sus propios criterios, eran sus textos escogidos (Gesammelte Werke).

Una copiosa concatenación de premios y honores vino a subrayar, en esta fase postrera de su vida, el valor de la producción impresa y la labor académica y divulgadora de Hans Georg Gadamer. Así, a punto de cumplir los ochenta años de edad recibió el premio "Sigmund Freud" de la Academia Alemana de Lengua y Poesía (1979) y el premio "Hegel" de la ciudad de Stuttgart (1979), a los que luego se sumaron otros galardones y reconocimientos de tanta repercusión internacional como el premio "Karl Jaspers" de la Universidad de Heidelberg (1986), la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania (1993), el Premio de la Academia Nazionale dei Licei, de Roma (1995) y el premio "Antonio Feltrinelli" (1995).

Ya casi centenario, aún tuvo fuerzas y lucidez para impartir, en 1997, un brillante ciclo de conferencias en Nápoles, centradas en el lema "De la palabra al concepto".
Tres años después, los medios de comunicación de todo el mundo dieron noticia de que el filósofo alemán había alcanzado, en pleno vigor intelectual, los cien años de edad, subrayados por el lanzamiento internacional del libro de J. Grondin Hans-Georg Gadamer. Una biografía (2000). Gadamer continuó celebrando reuniones, concediendo entrevistas y participando animadamente en la vida intelectual europea de los albores del siglo XXI hasta mediados de marzo de 2002, cuando la muerte le sorprendió en su residencia del Heidelberg. Su pérdida fue tan sensible que el propio Presidente de la República Alemana tomó la palabra en sus honras fúnebres.

Al margen de las obras ya citadas en parágrafos superiores, Hans Georg Gadamer dio a la imprenta otras títulos como Pueblo e historia en el pensamiento de Herder (1942), Goethe y la filosofía (1947) y El problema de la conciencia histórica (1963). Discípulo aventajado de Heidegger y fundador de la ontología hermenéutica, abordó en su rica producción el problema de la verdad, pero sin reducirlo a sus dimensiones abstractas; antes bien, lo situó en el ámbito de la experiencia concreta, dentro del amplio abanico de posibilidades que se abren en el horizonte del ser humano. Excelente conocedor de la mejor tradición histórica, artística y filológica de Occidente, su pensamiento oscila entre el vigor del lenguaje como intuición y la presentación de la Filosofía como fruto depurado de una honda elaboración conceptual.

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